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Este libro trata de las revolucionarias consecuencias que para el concepto de nosotros mismos tienen los últimos conocimientos del funcionamiento del cerebro. Sabemos que éste trabaja a base de redes computacionales, estructuras cerebrales o módulos encargados de tareas concretas.
Es decir, funcionalmente tenemos múltiples cerebros relativamente independientes entre sí, y que cuando unos módulos están activos, otros suelen estar inhibidos.
Este hecho obliga a formular de una manera nueva nuevos conceptos de la mente humana. Estamos formados por muy diversas estructuras cerebro-mentales, lo que determina que la mente sea plural, es decir, que estemos formados por múltiples personalidades dependiendo de qué estructuras tengamos activadas.
Cada personalidad "ve" la realidad de distinta manera y se comporta de manera diferente. Y casi todas estas personalidades se ignoran entre sí. Cervantes describió este hecho en El Quijote. Su personaje tenía dos mentes; la del Caballero Andante y la de Alonso Quijano.
Esto explicaría por qué una persona puede ser buena y perversa a la vez, amar y odiar a la misma persona, ser un ciudadano normal y un despiadado activista religioso o político, o la incapacidad de "ver" la realidad del otro cuando se posee diferente estructura mental.